/ domingo 31 de julio de 2022

¿Dónde Están Los “Hermanos”?

Hace unos días, un amigo muy estimado me hizo la deferencia de invitarme a un programa de radio, a la vez que, en vídeo por internet, desde el Estado de Texas, en la Unión Americana y el tema fue, principalmente sobre la Masonería. Hablar del tema es pues, muy interesante, a la vez que un reto porque no se puede adentrar mucho, dado que es una organización que es por esencia reservada hacia afuera, en razón de su origen secreto y luego, discreto. Tanto que, incluso, para dicha hermandad, a sus miembros no se les revela inicialmente, casi nada y tienen que irse instruyendo. Lo que hace difícil el tema.

Al sólo mencionar la palabra Masonería, se nos viene a la mente un sinfín de ideas o conceptualizaciones sobre los misterios que rodean al Ser Humano, que no siempre son acertadas, pues siendo justo, se ignora mucho sobre tal organización, eso sin contar la desinformación que siembran sus detractores, que hasta en algunos casos, resulta “fuego amigo”. Pero, lo que sí es sabido, son algunos de sus fines: buscar y lograr la fraternidad, combatir la ignorancia y el oscurantismo, la solidaridad tanto dentro como afuera, la igualdad y la libertad para la Humanidad. Que, como se puede colegir, son objetivos mayores y no sólo enunciativos. Y eso es precisamente, lo que igual le ha traído odio, oposición al grado de la persecución y grandes o poderosos enemigos, que quieren lo contrario.

Uno de los antecedentes más remotos, señala que en el año 714 A. C., en Roma, por exigencia de la Ley, aquélla llamada de las “Doce Tablas”, bajo el gobierno de Numa Pompilio, se organizaron los llamados “Colegios”, en este caso de arquitectos o constructores, de artesanos y oficios afines, que el vulgo llamó “hermandades”, incluso con tintes religiosos dionisianos –constituidos desde tiempos remotos en Siria, Egipto, Persia e India-. Era su costumbre, reunirse luego de la jornada laboral, para concertar sus trabajos, curiosamente por mayoría de votos, al igual para instruir a los nuevos miembros en los secretos de su arte y oficio. Llamaban Logia a ese lugar de reunión, generalmente construido cerca del lugar de trabajo. Las reuniones eran precedidas por rituales religiosos. Tales hermandades, como es lógico suponer, eran compuestas por trabajadores de diverso origen étnico y religioso, por lo que, para no entrar en conflicto, escogieron una forma o denominación general de la divinidad, un Ser Supremo que llamaron, acorde a su profesión, como el Gran Arquitecto del Universo. De donde, igual, se consideró como el mejor y más bello templo. ¿Qué podía ser más que el Universo y su Creador? También se instituyeron tres categorías de sus miembros y según su relevancia: Aprendiz, Compañero y Maestro. Es fácil dilucidar la importancia para Roma, su relación y control de esos Colegios, debían encargarse, precisamente, de materializar planes y planos, edificios magnos, acueductos, caminos, en fin, dejaron vestigios suficientes para ahorrarnos mayores explicaciones. Con tal panorama, se deduce que al menos, los Colegios de Constructores Romanos, fueron un precedente de la Masonería, como una organización afín, que luego, iría superando sus objetivos hacia una mejor Humanidad, es decir, la construcción positiva del Ser Humano.

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Es un tema extenso, imposible de exponer en un artículo como este, sin embargo, queda una pregunta en el aire: ¿Dónde están los masones? Si han sido de vital importancia en la vida política, económica y social, dicho esto por la crisis de la Humanidad, el declive de gobiernos e instituciones, el desmoronamiento de valores éticos. México no es la excepción, si los líderes en su mayoría pertenecían a esa organización, no se comprende del todo, por qué la crisis que atravesamos, no es, digamos, digna de la Masonería. Tema para otra ocasión. Cuídense mucho.

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