/ lunes 2 de mayo de 2022

El préstamo de un niño

Si bien hay muchas formas de otorgar agradecimiento a las almas nobles en la tierra, también hay muchos modos de materializar la satisfacción que nos dejan sus sonrisas con anodoncias por exfoliación. Pues dadas las condiciones de los últimos dos años no se había podido festejar como normalmente se venía manejando. Así que pinta por ser una conmemoración llena de júbilo para quien tiene la capacidad de reacción y de asombro.

Hay personas que se emocionan cuando voltean a ver el cielo y sienten fascinación por la lluvia, el fuego, el aire que despeina y el lodo en las manos, esas mismas emociones evitan tener formas de negar que somos seres naturalmente curiosos y que gracias a eso se han creado cosas jamás imaginables, incluso aquellas que están fuera de nuestra comprensión. Este agradecimiento se lo debemos a los niños que sin importar su edad y sin recibir algún cobro por los descubrimientos, son los capaces de enseñarnos lo que mágicamente podemos crear.

Mucho tiene que ver con nosotros por compartir ávidas y emocionantes experiencias con los niños por la sola idea de reeducarnos a un mejor bienestar. Pues no solo se trata de cultivar buenos principios en los menores sino de cosechar las enseñanzas de nuestros antepasados. Las plegarias este 30 de abril se elevarán en el infinito para pedir que los niños no sean separados de la empresa de la vida, para que desde allá arriba se vea la señalética del sendero del éxito sin retirar de él los obstáculos que fortalecen el espíritu y ponen a prueba la voluntad y que éstos se encuentran a diario, incluso armando un juguete; para que nunca falte el gusto por jugar, pero el juego digno, es decir, ni aprovechado ni sumiso; para que se alejen de nuestros niños toda influencia maligna o negativa; para que ayude a mantenerse serenos ante cualquier hostilidad. Esta conmemoración, nosotros, los que llevamos año con año la presencia de festejos en niños conocidos y extraños, en cada momento regalado no olvidemos la oportunidad de enseñar optimismo en la derrota en cualquier juego, de ser generosos en la abundancia cuando se hayan llevado gran parte de la piñata, de mantener serenidad cuando no se tengan los dulces anhelados, pero sobre todo de ser honrados consigo mismos. Educa bien a los niños para no castigar a los hombres como decía Benito Juárez.

Si desde allá arriban escuchan a los hombres y nos ponemos en marcha nada más necesitarán los niños para ser grandes, amados, respetados y felices.

La regla dice que el día del niño debe utilizarse de la siguiente manera: ocho horas de sueño, ocho de trabajo, o sea su tiempo en la escuela y ocho horas de juego, y en la medida que se cumplan estas actividades a lo largo del día, esa vida que apenas comienza se desplegará de manera grandiosa y la sociedad recibirá adultos sanos y comprometidos que continuarán con la misma práctica cuando se trate de sus futuros hijos, y entonces, podremos afirmar que la sociedad de nuestro país se ha sincronizado con el primer mundo.

En gran medida es un trabajo que depende de todos, literalmente de todos. No podemos ser ajenos que todos nuestros esfuerzos tienen que ser encaminados a un solo destino y a un solo grupo poblacional, lo que hagamos hoy, incluso lo que regalemos el 30 de abril hará eco en la eternidad. Al final nuestra tierra no fue heredada por nuestros antepasados sino prestada por los niños, hagamos que sea útil.

Si bien hay muchas formas de otorgar agradecimiento a las almas nobles en la tierra, también hay muchos modos de materializar la satisfacción que nos dejan sus sonrisas con anodoncias por exfoliación. Pues dadas las condiciones de los últimos dos años no se había podido festejar como normalmente se venía manejando. Así que pinta por ser una conmemoración llena de júbilo para quien tiene la capacidad de reacción y de asombro.

Hay personas que se emocionan cuando voltean a ver el cielo y sienten fascinación por la lluvia, el fuego, el aire que despeina y el lodo en las manos, esas mismas emociones evitan tener formas de negar que somos seres naturalmente curiosos y que gracias a eso se han creado cosas jamás imaginables, incluso aquellas que están fuera de nuestra comprensión. Este agradecimiento se lo debemos a los niños que sin importar su edad y sin recibir algún cobro por los descubrimientos, son los capaces de enseñarnos lo que mágicamente podemos crear.

Mucho tiene que ver con nosotros por compartir ávidas y emocionantes experiencias con los niños por la sola idea de reeducarnos a un mejor bienestar. Pues no solo se trata de cultivar buenos principios en los menores sino de cosechar las enseñanzas de nuestros antepasados. Las plegarias este 30 de abril se elevarán en el infinito para pedir que los niños no sean separados de la empresa de la vida, para que desde allá arriba se vea la señalética del sendero del éxito sin retirar de él los obstáculos que fortalecen el espíritu y ponen a prueba la voluntad y que éstos se encuentran a diario, incluso armando un juguete; para que nunca falte el gusto por jugar, pero el juego digno, es decir, ni aprovechado ni sumiso; para que se alejen de nuestros niños toda influencia maligna o negativa; para que ayude a mantenerse serenos ante cualquier hostilidad. Esta conmemoración, nosotros, los que llevamos año con año la presencia de festejos en niños conocidos y extraños, en cada momento regalado no olvidemos la oportunidad de enseñar optimismo en la derrota en cualquier juego, de ser generosos en la abundancia cuando se hayan llevado gran parte de la piñata, de mantener serenidad cuando no se tengan los dulces anhelados, pero sobre todo de ser honrados consigo mismos. Educa bien a los niños para no castigar a los hombres como decía Benito Juárez.

Si desde allá arriban escuchan a los hombres y nos ponemos en marcha nada más necesitarán los niños para ser grandes, amados, respetados y felices.

La regla dice que el día del niño debe utilizarse de la siguiente manera: ocho horas de sueño, ocho de trabajo, o sea su tiempo en la escuela y ocho horas de juego, y en la medida que se cumplan estas actividades a lo largo del día, esa vida que apenas comienza se desplegará de manera grandiosa y la sociedad recibirá adultos sanos y comprometidos que continuarán con la misma práctica cuando se trate de sus futuros hijos, y entonces, podremos afirmar que la sociedad de nuestro país se ha sincronizado con el primer mundo.

En gran medida es un trabajo que depende de todos, literalmente de todos. No podemos ser ajenos que todos nuestros esfuerzos tienen que ser encaminados a un solo destino y a un solo grupo poblacional, lo que hagamos hoy, incluso lo que regalemos el 30 de abril hará eco en la eternidad. Al final nuestra tierra no fue heredada por nuestros antepasados sino prestada por los niños, hagamos que sea útil.