/ domingo 23 de octubre de 2022

Se Conmemora Le Fecha, Pero Se Celebra La Vida

Como podría ser un año natural sin dar a conocer el reconocimiento de aquellos que han dedicado lo mas valioso de sus vidas, en ser los mayores benefactores de la humanidad. Y es que el tiempo que dedican a la conservación y recuperación de salud no ha sido en vano, sus esfuerzos tienen especial etiqueta en lo divino.

En los últimos años han sido mayormente reconocidos, y no es para menos. Pues los tenemos sentados en nuestras mesas, los encontramos por todos lados sin sus condecoraciones ni batas blancas, sin conocer que guardan secretos que el resto no entenderíamos. Pues el secreto cumplido por el juramento hipocrático les impide la revelación de lo que realmente viven.

El conmemorar la fecha y festejar a los médicos también se encuentra esbozada la celebración de la vida. Entendiendo que la vida va más allá del solo respirar, es inmortalizar en un solo ser un universo entero. Debido a que cada paciente no es una pieza estandarizada como de un celular, que responden igual en todos los casos, a todos los problemas y a todos los tratamientos. La medicina y la astronomía que estudia al universo ha liberado mitos, leyendas y creencias populares. El desarrollo del procesamiento computarizado de imágenes a favorecido a ambas ciencias, ya que permitió conocer detalles de la Tierra y de los planetas del sistema solar, además de percibir los secretos ocultos del organismo humano.

Los instrumentos para estudiar el universo son específicos y perfectos como los utilizados en la medicina, tanto el telescopio y el estetoscopio revelan la más exquisita complejidad y secretos de la vida. Sin embargo, tal como ocurría en el mito ancestral del desarrollo científico implica avances increíbles como algunas posibilidades amenazadoras. Entender uno es evidenciar el otro.

Conmemorar a los médicos es entender un poco la razón por la cual llegamos aquí, justificar nuestra estadía y el no juzgar la partida. Pues como es aquí es allá.

Resulta complicado poner el nombre de un solo médico que fue capaz de hacer lo inimaginable, o de unos cuantos colegiados que fueron lo suficientemente locos para hacer más allá de lo que alguna guía de práctica clínica les indicaba, es por esto que el gran logro se generaliza en un solo gremio con ayuda de sus brazos derechos e incluso artífices de los que hoy gozamos de seguir de pie, las enfermeras.

En efecto, el médico es un hombre como los demás. Pero, precisamente por la función que ejerce tiene que situarse en un punto social diferenciado. No digo ni mejor, ni peor; sino diferenciado. Porque lo que no se puede discutir es que el médico está encuadrado de manera singular, como una figura fundamental de la coexistencia humana. Es el que une el hombre necesitado con su ayuda; es decir, que el médico, quiérase o no, es el eslabón que une la necesidad con la solución, lo terrenal de lo divino. De ahí, que él médico, precisamente por la confianza general que en él se deposita, esté llamado a ser el abogado de toda miseria y el intermediario de todas las soluciones.

Se conmemora le fecha, se festeja al universo, pero se celebra la vida, es el título de este agradecimiento hacia ellos. Nos toca apapacharlos y reconocerles, pues en cada uno de ellos encontraremos el cielo en la tierra, la cura. ¡Muchas felicidades!

Como podría ser un año natural sin dar a conocer el reconocimiento de aquellos que han dedicado lo mas valioso de sus vidas, en ser los mayores benefactores de la humanidad. Y es que el tiempo que dedican a la conservación y recuperación de salud no ha sido en vano, sus esfuerzos tienen especial etiqueta en lo divino.

En los últimos años han sido mayormente reconocidos, y no es para menos. Pues los tenemos sentados en nuestras mesas, los encontramos por todos lados sin sus condecoraciones ni batas blancas, sin conocer que guardan secretos que el resto no entenderíamos. Pues el secreto cumplido por el juramento hipocrático les impide la revelación de lo que realmente viven.

El conmemorar la fecha y festejar a los médicos también se encuentra esbozada la celebración de la vida. Entendiendo que la vida va más allá del solo respirar, es inmortalizar en un solo ser un universo entero. Debido a que cada paciente no es una pieza estandarizada como de un celular, que responden igual en todos los casos, a todos los problemas y a todos los tratamientos. La medicina y la astronomía que estudia al universo ha liberado mitos, leyendas y creencias populares. El desarrollo del procesamiento computarizado de imágenes a favorecido a ambas ciencias, ya que permitió conocer detalles de la Tierra y de los planetas del sistema solar, además de percibir los secretos ocultos del organismo humano.

Los instrumentos para estudiar el universo son específicos y perfectos como los utilizados en la medicina, tanto el telescopio y el estetoscopio revelan la más exquisita complejidad y secretos de la vida. Sin embargo, tal como ocurría en el mito ancestral del desarrollo científico implica avances increíbles como algunas posibilidades amenazadoras. Entender uno es evidenciar el otro.

Conmemorar a los médicos es entender un poco la razón por la cual llegamos aquí, justificar nuestra estadía y el no juzgar la partida. Pues como es aquí es allá.

Resulta complicado poner el nombre de un solo médico que fue capaz de hacer lo inimaginable, o de unos cuantos colegiados que fueron lo suficientemente locos para hacer más allá de lo que alguna guía de práctica clínica les indicaba, es por esto que el gran logro se generaliza en un solo gremio con ayuda de sus brazos derechos e incluso artífices de los que hoy gozamos de seguir de pie, las enfermeras.

En efecto, el médico es un hombre como los demás. Pero, precisamente por la función que ejerce tiene que situarse en un punto social diferenciado. No digo ni mejor, ni peor; sino diferenciado. Porque lo que no se puede discutir es que el médico está encuadrado de manera singular, como una figura fundamental de la coexistencia humana. Es el que une el hombre necesitado con su ayuda; es decir, que el médico, quiérase o no, es el eslabón que une la necesidad con la solución, lo terrenal de lo divino. De ahí, que él médico, precisamente por la confianza general que en él se deposita, esté llamado a ser el abogado de toda miseria y el intermediario de todas las soluciones.

Se conmemora le fecha, se festeja al universo, pero se celebra la vida, es el título de este agradecimiento hacia ellos. Nos toca apapacharlos y reconocerles, pues en cada uno de ellos encontraremos el cielo en la tierra, la cura. ¡Muchas felicidades!