/ domingo 19 de abril de 2020

Emociones y Frustración

“Lo crucial no es lo que «nos pasa», sino lo que pensamos en cada momento. El pensamiento es previo a la emoción, y ese pensamiento es el que nos hace sentirnos bien o mal.” María Jesús Álava Reyes.

Haciendo a un lado la censurada y tardía respuesta del gobierno al problema de salud; el exagerado optimismo del presidente que oculta la realidad; el deplorable ejemplo de López O. al rechazar el alcohol/gel para las manos que se vio en la TV; el que no respete la sana distancia; el desmantelamiento de buena parte de la estructura operativa del sistema de salud; la penuria de medicamentos, de equipo y material para trabajar con eficiencia y seguridad en todo el sector salud, estamos en un escenario que induce a reflexionar sobre aspectos inherentes al comportamiento humano.

En la vida hay situaciones agradables y ásperas, variables en frecuencia e intensidad que dependen de lo individual, del entorno o de ambos. Si bien la psicología define otras causas que arrancan de la personalidad del que advierte un estímulo, la pandemia de la Covid-19 nos tiene en indecisión y exige aceptar que no es posible continuar la cotidianidad y planes trazados para el porvenir, lo que altera o suspende actividades propias y de nuestro rededor agitando nuestras emociones. Obliga a dar un giro y/o posponer, modificar o desechar proyectos en marcha o de futuro cercano. Situación que en algunas personas suele provocar decepción, ansiedad, irritación emocional, dificultad para conciliar el sueño o insomnio hasta la confusión mental que potencializa la desazón que conduce a la ira y al deterioro de las relaciones humanas. En jocosos memes que circulan en los WhatsApp Messenger se muestra lo que en la pareja suele suceder.

Otra respuesta del organismo podría ser un sentimiento de frustración en oposición a la ira y la decepción que surge por resistirse al cumplimiento de la voluntad individual, es decir, un sentimiento que se genera cuando no puede satisfacer un deseo planteado. A mayor impedimento a cumplir un proyecto de vida, habrá mayor probabilidad de frustración.

Por otro lado, una cosa es la característica funcional llamada “tolerancia a las emociones y a la frustración” y otra para muchos individuos y familias la ignorancia o el no dar crédito al riesgo inminente de enfermar que favorece y el alargamiento del periodo de la covid-19 y en consecuencia, el número de enfermos y de muertes. O sea, que esos individuos, esas familias, no solo atentan contra su salud, su actitud perjudica a todos los que sí cumplimos los lineamientos sanitarios preventivos y/o paliativos.