/ domingo 14 de marzo de 2021

Evolución De La Familia Y La Sociedad

“La fidelidad es el esfuerzo de un alma noble para igualarse a otra más grande que ella”

Goethe

Un día, Zeus dios del cielo y soberano del Olimpo se enamoró de Calisto que solía cazar en los bosques de Arcadia. Ambos procrearon al hijo Arkas. La esposa de Zeus, Heras, la diosa del matrimonio al descubrir la infidelidad, en un arranque de celos castigó a la bella Calisto sentenciando: “desde ahora te convertirás en osa”. Arkas era muy pequeño e ignoraba que su madre se había convertido en un plantígrado.

Siendo mayor, una tarde salió como su madre armado con arco y flechas a las florestas de Arcadia, de pronto se encontró un enorme oso, presuroso ensambló arco y flecha y disparó, el vuelo de la saeta iba directo al pecho, entonces aparece Zeus y detiene la sagita justo antes de traspasar el corazón del enorme animal impidiendo que Arkas asesinara a la osa que era su madre. A la sazón, Zeus le contó a Arkas como Hera la había convertido a su genitora en ese bello animal, por lo que, para que su hijo pudiera verla siempre, la tomó del rabo lanzándola con fuerza al infinito cielo y se transfiguró en la constelación de la Gran Osa Mayor cuya figura dibujada por siete luceros principales se encuentra sobre a la estrella polar que avistamos todo el año los que habitamos el hemisferio norte.

La imaginación de quienes idearon la mitología griega refleja lo que hasta nuestros días es parte fallida de la sociedad. La cultura cristiana y en general la occidental canoniza la fidelidad matrimonial, un valor que nos distingue de los irracionales, si bien se dice que algunos como el cisne son de una sola pareja, la constancia en los afectos, ideas y obligaciones en el cumplimiento del contrato establecido durante el ceremonial civil o religioso que formaliza el matrimonio, es propia del ser humano.

La avalancha en las redes para conmemorar el día de la mujer es resultado del despertar del género femenino de una sumisión ancestral que se lee desde los textos bíblicos. Lenta ha sido la emancipación de la mujer hasta llegar a nuestros días a casi ser completa en particular en estratos sociales de la clase media. Al parejo, en niveles culturales inferiores, la mujer se ha involucrado en tareas que antes eran propias del varón. Estos hechos y la pérdida de valores morales aunados a la incapacidad policial y judicial han sido elementos sustanciales para que en los dos últimos años se haya disparado la violencia contra la mujer. Asimismo, la era de la comunicación ha descubierto lo que antes era oculto.

En la integración a la vida pública del género femenino es notorio que la infidelidad, que era predominio del varón, no obstante, sea en mínimo, ha aumentado en la mujer que se defiende para conservar su integridad física y moral ante la agresión que se ha hecho manifiesta por la transformación social que implica la inclusión de las mujeres en una sociedad antes privilegio del hombre. Elementos que despiertan competencia que inclinan a la venganza y al crimen.

La sociedad es semejante al planeta que gira sobre su eje y se desplaza alrededor del astro rey, y el sistema solar a la vía láctea, nada ni nadie los puede detener. El único recurso que tenemos es la adaptación al medio.

“La fidelidad es el esfuerzo de un alma noble para igualarse a otra más grande que ella”

Goethe

Un día, Zeus dios del cielo y soberano del Olimpo se enamoró de Calisto que solía cazar en los bosques de Arcadia. Ambos procrearon al hijo Arkas. La esposa de Zeus, Heras, la diosa del matrimonio al descubrir la infidelidad, en un arranque de celos castigó a la bella Calisto sentenciando: “desde ahora te convertirás en osa”. Arkas era muy pequeño e ignoraba que su madre se había convertido en un plantígrado.

Siendo mayor, una tarde salió como su madre armado con arco y flechas a las florestas de Arcadia, de pronto se encontró un enorme oso, presuroso ensambló arco y flecha y disparó, el vuelo de la saeta iba directo al pecho, entonces aparece Zeus y detiene la sagita justo antes de traspasar el corazón del enorme animal impidiendo que Arkas asesinara a la osa que era su madre. A la sazón, Zeus le contó a Arkas como Hera la había convertido a su genitora en ese bello animal, por lo que, para que su hijo pudiera verla siempre, la tomó del rabo lanzándola con fuerza al infinito cielo y se transfiguró en la constelación de la Gran Osa Mayor cuya figura dibujada por siete luceros principales se encuentra sobre a la estrella polar que avistamos todo el año los que habitamos el hemisferio norte.

La imaginación de quienes idearon la mitología griega refleja lo que hasta nuestros días es parte fallida de la sociedad. La cultura cristiana y en general la occidental canoniza la fidelidad matrimonial, un valor que nos distingue de los irracionales, si bien se dice que algunos como el cisne son de una sola pareja, la constancia en los afectos, ideas y obligaciones en el cumplimiento del contrato establecido durante el ceremonial civil o religioso que formaliza el matrimonio, es propia del ser humano.

La avalancha en las redes para conmemorar el día de la mujer es resultado del despertar del género femenino de una sumisión ancestral que se lee desde los textos bíblicos. Lenta ha sido la emancipación de la mujer hasta llegar a nuestros días a casi ser completa en particular en estratos sociales de la clase media. Al parejo, en niveles culturales inferiores, la mujer se ha involucrado en tareas que antes eran propias del varón. Estos hechos y la pérdida de valores morales aunados a la incapacidad policial y judicial han sido elementos sustanciales para que en los dos últimos años se haya disparado la violencia contra la mujer. Asimismo, la era de la comunicación ha descubierto lo que antes era oculto.

En la integración a la vida pública del género femenino es notorio que la infidelidad, que era predominio del varón, no obstante, sea en mínimo, ha aumentado en la mujer que se defiende para conservar su integridad física y moral ante la agresión que se ha hecho manifiesta por la transformación social que implica la inclusión de las mujeres en una sociedad antes privilegio del hombre. Elementos que despiertan competencia que inclinan a la venganza y al crimen.

La sociedad es semejante al planeta que gira sobre su eje y se desplaza alrededor del astro rey, y el sistema solar a la vía láctea, nada ni nadie los puede detener. El único recurso que tenemos es la adaptación al medio.