/ domingo 29 de mayo de 2022

Ser O No Ser, Sigue Siendo La Cuestión

Estimado y paciente lector –incluidas las féminas- hay una pregunta, más bien una duda en el actuar o el quehacer, incluso, cotidiano: ¿Qué hacer? Tomar decisiones y que éstas sean certeras, útiles y hasta eficaces, hoy parece que es una aventura, algo que nos define como indecisos o, peor, indiferentes.

Ya saben que el tópico de preferencia en esta colaboración, es por lo regular, de política, sin soslayar que haya o hay, otros temas que a veces son de mayor importancia. Pero quien podrá negar justificadamente que cualquier asunto es por lo general, relacionado con la Política. Ya lo dijo el filósofo griego: “El Hombre, es un animal político”. Sin embargo, como se puede constatar, falta saber o conocer con más precisión, a que nos referimos con la “Política”. Por supuesto, está el hilo académico, o el ideológico, incluido el partidista qué, no necesariamente obedece al primer hilo en mención.

Hoy, la política es difusa. Se piensa o se cree que sigue alguna ideología, pues así lo aseguran los cabilderos o líderes que dicen representarlos. Pero no podemos negar que, a la mera hora, no exista una formalidad, una ortodoxia en esos decretos partidistas. Un ejemplo tangible –y para variar- lo tenemos en la persona del que detenta material y formalmente, el llamado “Poder Ejecutivo Federal”, que va y viene según convenga de una convergencia no pocas veces inusitada, que además, en ocasiones quiere trascender las fronteras nacionales, mientras aquí tenemos que sobrevivir y eludir los embates de la delincuencia cada día más empoderada, en tanto el “Tlatoani” califica a quienes critican la supuesta estrategia de seguridad pública del gobierno federal, de “hipócritas, cretinos o al menos, desinformados”. Vaya pues. Ni viendo el temblor, se hinca. En fin.

Cualquier tema es una oportunidad para la distracción política. Por ahora, el tema es sobre la reunión cumbre de países de América. ¿Creen ustedes que, por ejemplo, Cuba necesite quien la defienda? Tienen décadas haciéndolo y al menos, lo han hecho de manera digna, estén o no equivocados en su política. Sin embargo, un candil de la calle sale a la palestra para “exigir” se considere invitar los caribeños a tal reunión. Con la supina amenaza de que entonces “yo no voy”. De risa. La diplomacia no se da en maceta. El punto es que se cae el ridículo político internacional y lo peor, es que se crea que los mexicanos somos un espejo del “Tlatoani”. Qué barbaridad. Faltará que Trump gruña y le diga a su fan de Palacio Nacional: “Calladito, te ves más monito”.

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: No es válido que se asuma que el presidente, siga o sea reflejo de algún héroe nacional –al menos de aquéllos que pinta en su mensaje político- ninguno hizo genuflexión tan descarada ante un mandatario gringo y, para colmo tenga como asesor al tal Ken, violando con ello la Constitución de manera tal flagrante y socarrona: Ningún extranjero puede ni debe participar en la política nacional, según el todavía vigente –que AMLO quiere modificar- artículo 33º de la Constitución Mexicana. Quien debe guardar y hacer guardar (respetar) dicha Ley Máxima, la infringe de manera cotidiana, mientras se ríe de quienes lo critican o no están de acuerdo con él. ¿Hasta cuándo? Tienen ustedes, como es usual, la última opinión. Cuídense.

Estimado y paciente lector –incluidas las féminas- hay una pregunta, más bien una duda en el actuar o el quehacer, incluso, cotidiano: ¿Qué hacer? Tomar decisiones y que éstas sean certeras, útiles y hasta eficaces, hoy parece que es una aventura, algo que nos define como indecisos o, peor, indiferentes.

Ya saben que el tópico de preferencia en esta colaboración, es por lo regular, de política, sin soslayar que haya o hay, otros temas que a veces son de mayor importancia. Pero quien podrá negar justificadamente que cualquier asunto es por lo general, relacionado con la Política. Ya lo dijo el filósofo griego: “El Hombre, es un animal político”. Sin embargo, como se puede constatar, falta saber o conocer con más precisión, a que nos referimos con la “Política”. Por supuesto, está el hilo académico, o el ideológico, incluido el partidista qué, no necesariamente obedece al primer hilo en mención.

Hoy, la política es difusa. Se piensa o se cree que sigue alguna ideología, pues así lo aseguran los cabilderos o líderes que dicen representarlos. Pero no podemos negar que, a la mera hora, no exista una formalidad, una ortodoxia en esos decretos partidistas. Un ejemplo tangible –y para variar- lo tenemos en la persona del que detenta material y formalmente, el llamado “Poder Ejecutivo Federal”, que va y viene según convenga de una convergencia no pocas veces inusitada, que además, en ocasiones quiere trascender las fronteras nacionales, mientras aquí tenemos que sobrevivir y eludir los embates de la delincuencia cada día más empoderada, en tanto el “Tlatoani” califica a quienes critican la supuesta estrategia de seguridad pública del gobierno federal, de “hipócritas, cretinos o al menos, desinformados”. Vaya pues. Ni viendo el temblor, se hinca. En fin.

Cualquier tema es una oportunidad para la distracción política. Por ahora, el tema es sobre la reunión cumbre de países de América. ¿Creen ustedes que, por ejemplo, Cuba necesite quien la defienda? Tienen décadas haciéndolo y al menos, lo han hecho de manera digna, estén o no equivocados en su política. Sin embargo, un candil de la calle sale a la palestra para “exigir” se considere invitar los caribeños a tal reunión. Con la supina amenaza de que entonces “yo no voy”. De risa. La diplomacia no se da en maceta. El punto es que se cae el ridículo político internacional y lo peor, es que se crea que los mexicanos somos un espejo del “Tlatoani”. Qué barbaridad. Faltará que Trump gruña y le diga a su fan de Palacio Nacional: “Calladito, te ves más monito”.

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: No es válido que se asuma que el presidente, siga o sea reflejo de algún héroe nacional –al menos de aquéllos que pinta en su mensaje político- ninguno hizo genuflexión tan descarada ante un mandatario gringo y, para colmo tenga como asesor al tal Ken, violando con ello la Constitución de manera tal flagrante y socarrona: Ningún extranjero puede ni debe participar en la política nacional, según el todavía vigente –que AMLO quiere modificar- artículo 33º de la Constitución Mexicana. Quien debe guardar y hacer guardar (respetar) dicha Ley Máxima, la infringe de manera cotidiana, mientras se ríe de quienes lo critican o no están de acuerdo con él. ¿Hasta cuándo? Tienen ustedes, como es usual, la última opinión. Cuídense.

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