/ sábado 1 de diciembre de 2018

SINE QUA NON


Estado de Derecho y estado de cosas


El Hombre es un animal políticoAristóteles, Filósofo Griego


Evaluación y expectativa

Tal vez para muchos resulte ocioso evaluar el ciclo peñista, dado que su desempeño ha sido percibido y vivido por la mayoría de mexicanos, como fallido. Las últimas encuestas en el ocaso del gobierno de EPN -por relativas que sean- no pasaron del 18% de aceptación. Cuando en 2012 el porcentaje de votos para Peña fue consignado oficialmente, con un 38.21% (19’ 226, 784 de sufragios) en relación a 79 millones 454 mil 802 de la lista nominal de electores.



En tanto, y como es costumbre social y política, en cada sexenio se cree estar ante el umbral de oportunidad, de cambio, de desarrollo, de transformación, aunque no se sepa con certeza, cómo y cuándo. Lo cierto hasta mayo de 2018, hubo oficialmente, 89 millones 123 mil 355 en la lista nominal de ciudadanos aptos para votar. De éstos, 30 millones 113 mil 483 votos fueron para López Obrador, es decir, un 29% de los electores lo escogió como Presidente, depositando en él confianza, esperanza. Expectativas que de cualquier modo, deberán concretarse.



La reforma política y electoral del 2014, que tocó al gobierno de Peña Nieto, logró avances, aunque dejó en el tintero legislativo algunos pendientes. Entre lo más relevante para la elección inmediata anterior, fue la fiscalización a los gastos de campaña, la paridad de género –que se hizo obligatoria al 50%- la reelección consecutiva para diputados, y ediles municipales, disminución de atribuciones del INE y el desplazamiento hacia la jurisdicción electoral (Tribunales), acotamiento del “financiamiento privado” a Partidos y candidatos, limitó más la compra de propaganda en medios de comunicación, impuso el 3% como mínimo para mantener registro de los Partidos y acceso a diputados o senadores plurinominales de los Partidos.



Dejó para después temas como la revocación de mandato –su simplificación y normatividad- así como la corrupción electoral y su impunidad. Todos vimos que la compra del voto mediante diversas estrategias tuvo, al menos en Guanajuato, un crecimiento exponencial, en lugar de decrecer como se espera en una contienda democrática equilibrada, legal y justa. Por supuesto a la sombra o cobijo de las normas comiciales existentes. El referéndum, el plebiscito, aunque están enunciados en la Carta Magna Federal, se mantuvo como en 2012, con reglas que dificultan su ejercicio, al igual que la Consulta Popular, o igual existen diques casi insalvables para las acciones ciudadanas de proponer iniciativas legislativas. Igual difuso quedó el rubro de la rendición de cuentas.



El actual Presidente Constitucional de México, ha tomado posturas que, aunque se piense o afirme son requeridas por la Sociedad Mexicana y que precisamente abonarían a la concreción democrática –lo que en esencia así debe ser- como por ejemplo la auscultación a los ciudadanos (Llamada “encuesta popular”) para decidir algún asunto de importancia, sí es un mecanismo o herramienta para dejar que haya una participación más directa del Pueblo, en la toma de decisiones o determinación de las políticas públicas; sin embargo, al igual que muchos, no concuerdo en el método, ni su procedimiento, sin perjuicio de la utilidad del propio ejercicio, es decir su esencia, principalmente y dada mi profesión, no es admisible pasar por el “arco del triunfo” la normatividad constitucional, único soporte vertebral que –a pesar de tanta “reforma”- sostiene el Estado de Derecho.



EXIGENCIAS AÑEJAS, AUN VIGENTES.

El combate y abatimiento de la corrupción política, ha sido y es un reclamo social que no pierde vigencia en México. Se nos dice que es incluso, parte de nuestra idiosincrasia, lo que resulta deleznable y una burda inducción de aquéllos que se quieren auto-justificar. Obvia resulta la confusión que ha generado el nuevo Presidente de la República, con su tesitura del “perdón”, en que ha incluido a los corruptos –léase políticos de anteriores gobiernos- amén de que por sí mismo López Obrador, no puede, ni debe girar instrucciones o tomar decisiones de tal naturaleza y envergadura que están fuera de sus facultades constitucionales, es decir, dentro del marco del Estado de Derecho, aunque el curso de cosas así lo necesite.



Tal postura, sería un verdadero despropósito, una regresión que mantendría los fueros de la oligarquía y tal origen gubernativo hasta ahora, no ha permitido crecer a la oposición, ni concretar elecciones en verdad libres y democráticas, y menos, auténticas. ¿Acaso MORENA y/o Andrés Manuel López Obrador, no surgieron de la oposición al sistema oligárquico y neoliberal?



LA CONDICIÓN SINE QUA NON


Recordemos al filósofo Anaxagoras, que dijo: “Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía…” Luego entonces, mis estimados lectores, depende de nosotros que cualquier político y/o representante popular siga por la senda demagógica, lo que va eliminando la ruta hacia la democracia y nutre la corrupción política.



A partir de ahora, el gobierno entrante dispone de las mismas normas constitucionales, de las mismas reglas de la administración pública que en sí mismas no son malas, sino mal usadas. Por ello el cambio –por relativo que resulte- está en hacer, en ejercer las facultades de autoridad de forma distinta: Con claridad y permitir una auténtica y plural participación ciudadana, lo que equivale a romper paradigmas como ése que sólo trabaja para sus propios intereses y deja fuera a otros que no pertenecen a un Partido o círculo de los gobernantes, en respetar el Estado de Derecho, para que funcione en el estado de cosas.



Desde tal visión ciudadana, he decidido en conjunto con otras personas políticas o interesadas en que el estado de cosas mejore, con apego al Estado de Derecho, en crear una Contraloría independiente, no oficialista, que vigile, señale y proponga soluciones a la problemática que nos aqueja, en principio en nuestro municipio y luego, al Estado y finalmente, al País. Ya les iré informando y convocando pues no habrá limite ni cortapisas para que participe quien así lo quiera.



Tienen ustedes mis estimados y bien ponderados lectores, la última opinión. Salud, Alegría y Prosperidad, con participación ciudadana.



Estado de Derecho y estado de cosas


El Hombre es un animal políticoAristóteles, Filósofo Griego


Evaluación y expectativa

Tal vez para muchos resulte ocioso evaluar el ciclo peñista, dado que su desempeño ha sido percibido y vivido por la mayoría de mexicanos, como fallido. Las últimas encuestas en el ocaso del gobierno de EPN -por relativas que sean- no pasaron del 18% de aceptación. Cuando en 2012 el porcentaje de votos para Peña fue consignado oficialmente, con un 38.21% (19’ 226, 784 de sufragios) en relación a 79 millones 454 mil 802 de la lista nominal de electores.



En tanto, y como es costumbre social y política, en cada sexenio se cree estar ante el umbral de oportunidad, de cambio, de desarrollo, de transformación, aunque no se sepa con certeza, cómo y cuándo. Lo cierto hasta mayo de 2018, hubo oficialmente, 89 millones 123 mil 355 en la lista nominal de ciudadanos aptos para votar. De éstos, 30 millones 113 mil 483 votos fueron para López Obrador, es decir, un 29% de los electores lo escogió como Presidente, depositando en él confianza, esperanza. Expectativas que de cualquier modo, deberán concretarse.



La reforma política y electoral del 2014, que tocó al gobierno de Peña Nieto, logró avances, aunque dejó en el tintero legislativo algunos pendientes. Entre lo más relevante para la elección inmediata anterior, fue la fiscalización a los gastos de campaña, la paridad de género –que se hizo obligatoria al 50%- la reelección consecutiva para diputados, y ediles municipales, disminución de atribuciones del INE y el desplazamiento hacia la jurisdicción electoral (Tribunales), acotamiento del “financiamiento privado” a Partidos y candidatos, limitó más la compra de propaganda en medios de comunicación, impuso el 3% como mínimo para mantener registro de los Partidos y acceso a diputados o senadores plurinominales de los Partidos.



Dejó para después temas como la revocación de mandato –su simplificación y normatividad- así como la corrupción electoral y su impunidad. Todos vimos que la compra del voto mediante diversas estrategias tuvo, al menos en Guanajuato, un crecimiento exponencial, en lugar de decrecer como se espera en una contienda democrática equilibrada, legal y justa. Por supuesto a la sombra o cobijo de las normas comiciales existentes. El referéndum, el plebiscito, aunque están enunciados en la Carta Magna Federal, se mantuvo como en 2012, con reglas que dificultan su ejercicio, al igual que la Consulta Popular, o igual existen diques casi insalvables para las acciones ciudadanas de proponer iniciativas legislativas. Igual difuso quedó el rubro de la rendición de cuentas.



El actual Presidente Constitucional de México, ha tomado posturas que, aunque se piense o afirme son requeridas por la Sociedad Mexicana y que precisamente abonarían a la concreción democrática –lo que en esencia así debe ser- como por ejemplo la auscultación a los ciudadanos (Llamada “encuesta popular”) para decidir algún asunto de importancia, sí es un mecanismo o herramienta para dejar que haya una participación más directa del Pueblo, en la toma de decisiones o determinación de las políticas públicas; sin embargo, al igual que muchos, no concuerdo en el método, ni su procedimiento, sin perjuicio de la utilidad del propio ejercicio, es decir su esencia, principalmente y dada mi profesión, no es admisible pasar por el “arco del triunfo” la normatividad constitucional, único soporte vertebral que –a pesar de tanta “reforma”- sostiene el Estado de Derecho.



EXIGENCIAS AÑEJAS, AUN VIGENTES.

El combate y abatimiento de la corrupción política, ha sido y es un reclamo social que no pierde vigencia en México. Se nos dice que es incluso, parte de nuestra idiosincrasia, lo que resulta deleznable y una burda inducción de aquéllos que se quieren auto-justificar. Obvia resulta la confusión que ha generado el nuevo Presidente de la República, con su tesitura del “perdón”, en que ha incluido a los corruptos –léase políticos de anteriores gobiernos- amén de que por sí mismo López Obrador, no puede, ni debe girar instrucciones o tomar decisiones de tal naturaleza y envergadura que están fuera de sus facultades constitucionales, es decir, dentro del marco del Estado de Derecho, aunque el curso de cosas así lo necesite.



Tal postura, sería un verdadero despropósito, una regresión que mantendría los fueros de la oligarquía y tal origen gubernativo hasta ahora, no ha permitido crecer a la oposición, ni concretar elecciones en verdad libres y democráticas, y menos, auténticas. ¿Acaso MORENA y/o Andrés Manuel López Obrador, no surgieron de la oposición al sistema oligárquico y neoliberal?



LA CONDICIÓN SINE QUA NON


Recordemos al filósofo Anaxagoras, que dijo: “Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía…” Luego entonces, mis estimados lectores, depende de nosotros que cualquier político y/o representante popular siga por la senda demagógica, lo que va eliminando la ruta hacia la democracia y nutre la corrupción política.



A partir de ahora, el gobierno entrante dispone de las mismas normas constitucionales, de las mismas reglas de la administración pública que en sí mismas no son malas, sino mal usadas. Por ello el cambio –por relativo que resulte- está en hacer, en ejercer las facultades de autoridad de forma distinta: Con claridad y permitir una auténtica y plural participación ciudadana, lo que equivale a romper paradigmas como ése que sólo trabaja para sus propios intereses y deja fuera a otros que no pertenecen a un Partido o círculo de los gobernantes, en respetar el Estado de Derecho, para que funcione en el estado de cosas.



Desde tal visión ciudadana, he decidido en conjunto con otras personas políticas o interesadas en que el estado de cosas mejore, con apego al Estado de Derecho, en crear una Contraloría independiente, no oficialista, que vigile, señale y proponga soluciones a la problemática que nos aqueja, en principio en nuestro municipio y luego, al Estado y finalmente, al País. Ya les iré informando y convocando pues no habrá limite ni cortapisas para que participe quien así lo quiera.



Tienen ustedes mis estimados y bien ponderados lectores, la última opinión. Salud, Alegría y Prosperidad, con participación ciudadana.


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