/ domingo 28 de noviembre de 2021

Sine Qua Non

Péndulo sin fin

Resulta hasta fastidioso, tanto giro en el ejercicio político que brinca de un ángulo a otro, sin una explicación pertinente o congruente, en tanto que, la realidad impone sus circunstancias. Dificulta también la opinión y la crítica, por más constructiva que se pretenda. ¿Será dicho ejercicio pensado para producir confusión, diatriba divisionista o efecto distractor?

En otras oportunidades se ha expuesto desde aquí, algunas fórmulas de comunicación política, o su deformación con intención de producir, precisamente, un ambiente difuso y de alto grado de una desinformación para sostener al de por sí, extraviado ciudadano, en la inocuidad política. La política de péndulo, aplicada no desde el ámbito formal, sino más, desde el lado subjetivo, pone en jaque al más pintado politólogo para explicarse y exponer hacia dónde vamos en verdad. ¿Qué quiere AMLO? Parece hoy la pregunta que lacera, en particular, porque de pronto hay elementos, que ayer eran otros, hasta opuestos. (De ahí el péndulo).

La inseguridad sanitaria, por ejemplo, es cada día escamoteada por el otro López, -sin que importe si es por órdenes o mera ignorancia, lo que en suma, es también una forma de corrupción- la mentada “cuarta ola” del Covid, viene muy agresiva; la relativa a la economía, que en voz del régimen va en progreso, es la realidad la encargada de desmentir esa postura, basta preguntar a las personas que cada semana acuden a sus compras de víveres y otros servicios –si es qué tienen “con queso”- y dirán la verdad sin maquillajes políticos crueles: ¡Ya no alcanza! La inflación, ya sobrepasó el 7% casi al final del año, así que falta “la cuesta de enero”, y súmele usted, estimado lector, el aumento incisivo del SAT, para intentar llenar las expectativas del “inquilino” atípico y que no paga renta en Palacio Nacional.

Del empoderamiento delincuencial, ¿Qué decir? Aquí tenemos el amargo sabor que deja un polvorín. Mientras don Marcelo, quiere imponer un “control” en el tráfico de armas, pero, no acá, sino desde su “fuente”. En otra pose para ir sumando simpatías electorales. Y bueno, ese es el estilo de su jefe. Allá, en los EUA presumen de lo que aquí carecen y peor, no hacen sino lo contrario. (Será que por eso están mareados, de tanto salto de péndulo).

En tanto, acá, preparan a su estilo de tergiversación en el mensaje, una campaña –cuyo costo desconocemos y que obvio, transgrede la “austeridad republicana- para “ratificar” a López Obrador, haciendo clara inducción, en cada plaza de casi todos los municipios del País, según en pro de la participación cívica y que en principio, es para lograr el 3% de los ciudadanos inscritos en la lista de electores y así, se lleve a cabo la “Consulta Popular”, para inquirir si se va a su rancho, el que maneja el péndulo a modo de su talante, según le amanezca. En contradicción al furor de los seguidores de AMLO, en el INE, no tendrán con qué hacer concreta la mentada “Consulta”. Es el “juego de Juan Pirulero”, en que cada quien atiende su rol o su juego, en este caso, político.

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Es válido que cualquiera organización política, y por supuesto los Partidos, tengan sus estrategias, así como quienes dicen o se cree sean sus líderes, tendientes a implementar sus plataformas, sus idearios y sus posturas ideológicas. Lo único que se pide, es que lo hagan de manera congruente, realista y honesta, aunque parezca imposible o inusitado en un País, como el nuestro. Las quejas airadas, cuya fuente original, realista, ha sido y es el Pueblo, en este caso contra la hegemonía del llamado “viejo régimen” (PRI y sus satélites o aliados llanos o velados), a ojos vistos, sigue: Demagogia, corrupción, impunidad, política a modo, compra de voluntades, gastos ocultos exorbitantes, nepotismo, falsa bandera, y un largo etcétera. En fin, mis estimados lectores, como es usual tienen la última opinión. Por favor, cuídense, cualquiera precaución sirve contra la “cuarta ola” de la Pandemia Sanitaria.

Péndulo sin fin

Resulta hasta fastidioso, tanto giro en el ejercicio político que brinca de un ángulo a otro, sin una explicación pertinente o congruente, en tanto que, la realidad impone sus circunstancias. Dificulta también la opinión y la crítica, por más constructiva que se pretenda. ¿Será dicho ejercicio pensado para producir confusión, diatriba divisionista o efecto distractor?

En otras oportunidades se ha expuesto desde aquí, algunas fórmulas de comunicación política, o su deformación con intención de producir, precisamente, un ambiente difuso y de alto grado de una desinformación para sostener al de por sí, extraviado ciudadano, en la inocuidad política. La política de péndulo, aplicada no desde el ámbito formal, sino más, desde el lado subjetivo, pone en jaque al más pintado politólogo para explicarse y exponer hacia dónde vamos en verdad. ¿Qué quiere AMLO? Parece hoy la pregunta que lacera, en particular, porque de pronto hay elementos, que ayer eran otros, hasta opuestos. (De ahí el péndulo).

La inseguridad sanitaria, por ejemplo, es cada día escamoteada por el otro López, -sin que importe si es por órdenes o mera ignorancia, lo que en suma, es también una forma de corrupción- la mentada “cuarta ola” del Covid, viene muy agresiva; la relativa a la economía, que en voz del régimen va en progreso, es la realidad la encargada de desmentir esa postura, basta preguntar a las personas que cada semana acuden a sus compras de víveres y otros servicios –si es qué tienen “con queso”- y dirán la verdad sin maquillajes políticos crueles: ¡Ya no alcanza! La inflación, ya sobrepasó el 7% casi al final del año, así que falta “la cuesta de enero”, y súmele usted, estimado lector, el aumento incisivo del SAT, para intentar llenar las expectativas del “inquilino” atípico y que no paga renta en Palacio Nacional.

Del empoderamiento delincuencial, ¿Qué decir? Aquí tenemos el amargo sabor que deja un polvorín. Mientras don Marcelo, quiere imponer un “control” en el tráfico de armas, pero, no acá, sino desde su “fuente”. En otra pose para ir sumando simpatías electorales. Y bueno, ese es el estilo de su jefe. Allá, en los EUA presumen de lo que aquí carecen y peor, no hacen sino lo contrario. (Será que por eso están mareados, de tanto salto de péndulo).

En tanto, acá, preparan a su estilo de tergiversación en el mensaje, una campaña –cuyo costo desconocemos y que obvio, transgrede la “austeridad republicana- para “ratificar” a López Obrador, haciendo clara inducción, en cada plaza de casi todos los municipios del País, según en pro de la participación cívica y que en principio, es para lograr el 3% de los ciudadanos inscritos en la lista de electores y así, se lleve a cabo la “Consulta Popular”, para inquirir si se va a su rancho, el que maneja el péndulo a modo de su talante, según le amanezca. En contradicción al furor de los seguidores de AMLO, en el INE, no tendrán con qué hacer concreta la mentada “Consulta”. Es el “juego de Juan Pirulero”, en que cada quien atiende su rol o su juego, en este caso, político.

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Es válido que cualquiera organización política, y por supuesto los Partidos, tengan sus estrategias, así como quienes dicen o se cree sean sus líderes, tendientes a implementar sus plataformas, sus idearios y sus posturas ideológicas. Lo único que se pide, es que lo hagan de manera congruente, realista y honesta, aunque parezca imposible o inusitado en un País, como el nuestro. Las quejas airadas, cuya fuente original, realista, ha sido y es el Pueblo, en este caso contra la hegemonía del llamado “viejo régimen” (PRI y sus satélites o aliados llanos o velados), a ojos vistos, sigue: Demagogia, corrupción, impunidad, política a modo, compra de voluntades, gastos ocultos exorbitantes, nepotismo, falsa bandera, y un largo etcétera. En fin, mis estimados lectores, como es usual tienen la última opinión. Por favor, cuídense, cualquiera precaución sirve contra la “cuarta ola” de la Pandemia Sanitaria.

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