/ domingo 2 de mayo de 2021

Un Libro Discutible

“¿De dónde vienen esas misteriosas influencias que trasforman nuestro bienestar en desaliento y nuestra confianza en angustia?” Guy de Maupassan

La tierra, el sistema solar y la vía láctea dan vueltas al tiempo que evolucionan. La especie humana no gira desde el punto de vista físico, pero evoluciona biológica, social e intelectualmente. Eran cinco las razas humanas cuando cursé el segundo de secundaria (1948).

Con base en la psicología, la antropología, la sociología y otras disciplinas, ahora configuran en tres grupos raciales: el mongoloide, el caucásico y el negroide, derivándose de cada uno subgrupos por toda la faz de la tierra. Son los fenotipos, características visibles de hombres y mujeres, mientras la sociología los divide según el comportamiento.

Un libro polémico que conmocionó al lector científico cuyo autor es el canadiense J. Philippe Rushton (1943-2012) “Raza, Evolución y Comportamiento” subtitulado “Una perspectiva de la historia de la vida” es una propuesta incendiaria donde alude a los grupos humanos peyorativamente como razas que evolucionan en distinta forma ante el medio ambiente según diferencias físicas y en el tamaño del cerebro y por tanto de la inteligencia. En una parte aborda la explosión demográfica, comparando la elevada natalidad en países de África con los que viven en el hostil frío de Europa, Norteamérica y Asia septentrional que han procreado menos hijos para poder criarlos con mayor esmero. Si viviera Hitler, seguramente lo tendría a su lado por los conceptos racistas que profiere.

Quizá la buena venta del controversial libro es el entretejido de la tesis discriminatoria de los grupos humanos donde inserta conceptos aceptados por la ética tradicional. Cierto que el hombre se desarrolla bajo la noción evolutiva desde el punto de vista biológico, social o humano propiamente dicho, pero, en definitiva, nunca la diferenciación segregacionista que despliega en la obra literaria. Conceptos que perturban el sueño y llevan a pensar sobre los grandes problemas de África desde que, según la biblia, la maldición de Cam, el hijo de Noé y su descendencia poblaron ese continente. La explicación social radica en un rasgo propio del ser humano: la explotación del hombre por el hombre.

Al presente, la India es un punto álgido relacionado con la enfermedad y muerte por la pandemia.

Los sistemas de salud del segundo país más poblado de la tierra están colapsados. Una nación sin capacidad ni recursos para afrontar la enfermedad y por otro lado ha invertido millonarios recursos en un ambicioso programa espacial hasta haber puesto el órbita el satélite Chandrayaan-1, asimismo ha enviado sondas para investigar la Luna. Una potencia espacial que contrasta por la enorme riqueza de unos cuantos frente a millones que viven en la miseria. Sobre la tesis de Philippe Rushton, opino que la humanidad somos una familia semejante a los hermanos que comparten rasgos físicos, genéticos y gran parte de la vida, pero cada uno mantiene su propia individualidad.

En época de inquietud por coronavirus, aplica la sentencia del poeta latino Horacio: “En momentos de agobio, ser audaz y valiente”.

flokay33@gmail.com

“¿De dónde vienen esas misteriosas influencias que trasforman nuestro bienestar en desaliento y nuestra confianza en angustia?” Guy de Maupassan

La tierra, el sistema solar y la vía láctea dan vueltas al tiempo que evolucionan. La especie humana no gira desde el punto de vista físico, pero evoluciona biológica, social e intelectualmente. Eran cinco las razas humanas cuando cursé el segundo de secundaria (1948).

Con base en la psicología, la antropología, la sociología y otras disciplinas, ahora configuran en tres grupos raciales: el mongoloide, el caucásico y el negroide, derivándose de cada uno subgrupos por toda la faz de la tierra. Son los fenotipos, características visibles de hombres y mujeres, mientras la sociología los divide según el comportamiento.

Un libro polémico que conmocionó al lector científico cuyo autor es el canadiense J. Philippe Rushton (1943-2012) “Raza, Evolución y Comportamiento” subtitulado “Una perspectiva de la historia de la vida” es una propuesta incendiaria donde alude a los grupos humanos peyorativamente como razas que evolucionan en distinta forma ante el medio ambiente según diferencias físicas y en el tamaño del cerebro y por tanto de la inteligencia. En una parte aborda la explosión demográfica, comparando la elevada natalidad en países de África con los que viven en el hostil frío de Europa, Norteamérica y Asia septentrional que han procreado menos hijos para poder criarlos con mayor esmero. Si viviera Hitler, seguramente lo tendría a su lado por los conceptos racistas que profiere.

Quizá la buena venta del controversial libro es el entretejido de la tesis discriminatoria de los grupos humanos donde inserta conceptos aceptados por la ética tradicional. Cierto que el hombre se desarrolla bajo la noción evolutiva desde el punto de vista biológico, social o humano propiamente dicho, pero, en definitiva, nunca la diferenciación segregacionista que despliega en la obra literaria. Conceptos que perturban el sueño y llevan a pensar sobre los grandes problemas de África desde que, según la biblia, la maldición de Cam, el hijo de Noé y su descendencia poblaron ese continente. La explicación social radica en un rasgo propio del ser humano: la explotación del hombre por el hombre.

Al presente, la India es un punto álgido relacionado con la enfermedad y muerte por la pandemia.

Los sistemas de salud del segundo país más poblado de la tierra están colapsados. Una nación sin capacidad ni recursos para afrontar la enfermedad y por otro lado ha invertido millonarios recursos en un ambicioso programa espacial hasta haber puesto el órbita el satélite Chandrayaan-1, asimismo ha enviado sondas para investigar la Luna. Una potencia espacial que contrasta por la enorme riqueza de unos cuantos frente a millones que viven en la miseria. Sobre la tesis de Philippe Rushton, opino que la humanidad somos una familia semejante a los hermanos que comparten rasgos físicos, genéticos y gran parte de la vida, pero cada uno mantiene su propia individualidad.

En época de inquietud por coronavirus, aplica la sentencia del poeta latino Horacio: “En momentos de agobio, ser audaz y valiente”.

flokay33@gmail.com