/ domingo 23 de abril de 2023

Cuando Se Cruzan Los Pecados

Con su cruz en el suelo, los pensamientos bajos como su cara, ve como las gotas de sudor comienzan a formar letras de alerta en el piso, como magia, al evaporarse las salpicaduras y quedan los fondos que forma la imaginación, como cuando se ven los asientos de café en las tazas.

Se siente derrotado, las piernas le pesan y los músculos le tiemblan no solo por el sacrificio sino por el esfuerzo, porque el cuerpo ya no aguanta tanto un país sobajado, maltratado, robado con arcas vacías, dinero que ha viajado al extranjero, a cuentas de familiares a países extraños.

La sangre circula separando los glóbulos como para advertirle al cuerpo que el hombre sufre, porque cuando hay pesares se sienten hasta las alas de las moscas; toca esas sandalias que arrastraron cadenas, fierros que vuelcan de dolor porque la pobreza emana desde los ojos que han visto cómo se desvanece el salario aumentado y que se desgaja como margarita marchitándose, aunque piensa -siempre van a recibir beca los jóvenes por la escuela de gobierno- pero él se siente que la amargura les sigue después de esos libros de texto donde la educación acepta errores ortográficos como “magínense” en lugar de los vocablos que acepta la Real Academia Española, se pone a recordar cuando cruzaba los ojos con el “viejo”, sí, sus papás hablan todavía el tarasco se les entiende cuando le dicen “tábanos perando canoa” no es costumbrismo es que no estudiaron español en la escuela solo lo escucharon, pero en su vocablo no entendían ni oían algunas consonantes ni vocales que marca el habla español, en sus oídos se trababan las letras porque no comprendían ese sonido y como lo podía trasladar si “neransco tatá” era para saludar al señor viejo, y en su diario trajinar solamente oían “buenos días” eran los problemas de la lengua.

Pero los dedos le truenan porque la muñeca extendida agarrando esa viga de seis pulgadas que pintó con chapopote y gasolina la semana pasada porque no le alcanzaba para tanto barniz que necesitaba casi un litro más las lijas para pulir los dineros son para el cuerpo no para esos palos “todo sea por la manda”.

Hay gotas que simulan como si le estuviera cayendo sangre en sus cabellos de la frente; los tacos de huevo con salsa molida en el molcajete, ayudaron mucho en el trance, porque la energía se la aumentaba esa gaseosa negra que ya cuesta el doble por los impuestos y porque no se ha enterado que ese plástico en el que llenan los refrescos andan diciendo -los que estudian en carreras de ecología- están pidiendo o para que se reusen o vuelvan las de vidrio que sabían más mejor porque se calientan más lento en cuanto se termina de masticar “el huevo al albañil” porque para carne solamente el martes; de no ser por ese “güevito” no la hago –pensaba-, y además siento que la riega ese de las mañanas , más cuando dejaron de construir el aeropuerto tan enorme allá por Texcoco y que me daban buena lana por amarrar el fierro y que por cambiarlo sacaron a la empresa y se vino abajo la chamba y de todos modos dicen que el chiquito que hicieron en Santa Lucía está feo y ni sirve.

Pero esos pensamientos solamente llegan cuando te sientas, cuando descansas de la marcha que cada año la hacemos para que nos vaya bien, ya una vez me robaron mis tenis, si los dejamos dentro del templo donde nos cambiamos, por eso ya traigo chanclas viejas, la gente roba porque no les hacen nada, eso de abrazos es una cosa irresponsable, porque mataron a unos cuates de la colonia y nunca se sabe quién ni dónde se esconden y nada de nada.

Se está acabando la cuaresma y no quitan al viejo ese canudo que habla y habla en toda la tele, espero que ya todo mejore mientras tanto voy desarmando mi cruz para llevarla a la casa y veremos qué pasa el año que viene.

Con su cruz en el suelo, los pensamientos bajos como su cara, ve como las gotas de sudor comienzan a formar letras de alerta en el piso, como magia, al evaporarse las salpicaduras y quedan los fondos que forma la imaginación, como cuando se ven los asientos de café en las tazas.

Se siente derrotado, las piernas le pesan y los músculos le tiemblan no solo por el sacrificio sino por el esfuerzo, porque el cuerpo ya no aguanta tanto un país sobajado, maltratado, robado con arcas vacías, dinero que ha viajado al extranjero, a cuentas de familiares a países extraños.

La sangre circula separando los glóbulos como para advertirle al cuerpo que el hombre sufre, porque cuando hay pesares se sienten hasta las alas de las moscas; toca esas sandalias que arrastraron cadenas, fierros que vuelcan de dolor porque la pobreza emana desde los ojos que han visto cómo se desvanece el salario aumentado y que se desgaja como margarita marchitándose, aunque piensa -siempre van a recibir beca los jóvenes por la escuela de gobierno- pero él se siente que la amargura les sigue después de esos libros de texto donde la educación acepta errores ortográficos como “magínense” en lugar de los vocablos que acepta la Real Academia Española, se pone a recordar cuando cruzaba los ojos con el “viejo”, sí, sus papás hablan todavía el tarasco se les entiende cuando le dicen “tábanos perando canoa” no es costumbrismo es que no estudiaron español en la escuela solo lo escucharon, pero en su vocablo no entendían ni oían algunas consonantes ni vocales que marca el habla español, en sus oídos se trababan las letras porque no comprendían ese sonido y como lo podía trasladar si “neransco tatá” era para saludar al señor viejo, y en su diario trajinar solamente oían “buenos días” eran los problemas de la lengua.

Pero los dedos le truenan porque la muñeca extendida agarrando esa viga de seis pulgadas que pintó con chapopote y gasolina la semana pasada porque no le alcanzaba para tanto barniz que necesitaba casi un litro más las lijas para pulir los dineros son para el cuerpo no para esos palos “todo sea por la manda”.

Hay gotas que simulan como si le estuviera cayendo sangre en sus cabellos de la frente; los tacos de huevo con salsa molida en el molcajete, ayudaron mucho en el trance, porque la energía se la aumentaba esa gaseosa negra que ya cuesta el doble por los impuestos y porque no se ha enterado que ese plástico en el que llenan los refrescos andan diciendo -los que estudian en carreras de ecología- están pidiendo o para que se reusen o vuelvan las de vidrio que sabían más mejor porque se calientan más lento en cuanto se termina de masticar “el huevo al albañil” porque para carne solamente el martes; de no ser por ese “güevito” no la hago –pensaba-, y además siento que la riega ese de las mañanas , más cuando dejaron de construir el aeropuerto tan enorme allá por Texcoco y que me daban buena lana por amarrar el fierro y que por cambiarlo sacaron a la empresa y se vino abajo la chamba y de todos modos dicen que el chiquito que hicieron en Santa Lucía está feo y ni sirve.

Pero esos pensamientos solamente llegan cuando te sientas, cuando descansas de la marcha que cada año la hacemos para que nos vaya bien, ya una vez me robaron mis tenis, si los dejamos dentro del templo donde nos cambiamos, por eso ya traigo chanclas viejas, la gente roba porque no les hacen nada, eso de abrazos es una cosa irresponsable, porque mataron a unos cuates de la colonia y nunca se sabe quién ni dónde se esconden y nada de nada.

Se está acabando la cuaresma y no quitan al viejo ese canudo que habla y habla en toda la tele, espero que ya todo mejore mientras tanto voy desarmando mi cruz para llevarla a la casa y veremos qué pasa el año que viene.