Sueños Y Socarrones
Es común al inicio del año, que, a pesar de tantas circunstancias propias y ajenas, hagamos un alto para reflexionar sí hemos hecho o no lo suficiente para lograr nuestro confort y por añadidura que este permeé en la colectividad.
No es asunto menor la Pandemia –virulenta o bacteriana- que nos ha puesto en jaque y sacado a la luz deficiencias o errores propios y de terceros, en el diagnóstico y manejo sanitario. Huelga decir que las autoridades duermen en los laureles de la estupidez al creer que un discurso, la mentira o el ocultamiento de la realidad e información, ya están un paso adelante, en tanto, caen como hojas al viento miles de mexicanos fatalmente por distintas razones o sinrazones. ¿Qué hacer ante la implacable guadaña?
La vacunación, está llena de incertidumbre en el imaginario social, por falta de confianza en el sistema de salud pública, al mando de socarrones. Casi todos los científicos familiarizados en la búsqueda y producción de medicamento o vacuna, afirman que no es como hacer enchiladas mexicanas. ¿Entonces? ¿Se trata de un ardid político? ¿De ampliar los sujetos en el laboratorio experimental y ahora público? Ojalá supiéramos y, tuviéramos la información cierta, oportuna. No supondríamos que se trata de negocios muy redituables –en que se rumora son de los hijos mayores del “tlatoani”, que incursionan al negocio de los medicamentos, con jugosos contratos con el sector público, por lo que se generó el criminal desabasto, y de paso desplazar al exsecretario de gobernación de EPN, más allá de la mentada vacuna-. Lo que hace soñar al supino ciudadano de que nos salvará el “gobierno de México”.
Así, las circunstancias y el panorama de los mexicanos, son un “sueño”, lleno de esperanza, de anhelos de supervivencia que explotan políticos cínicos, al frente de nuestras Instituciones. Y no estamos abriendo toda la puerta, sólo la rendija del sector salud.
Hay quienes consideran el apocalipsis una situación cierta y además, consecuencia a tanto dislate de la humanidad -no se puede negar lo último-. Lo que nos debe llevar a una consecuente y contundente reflexión: ¡Lo estamos haciendo mal! Fincar con esperanza la salvación, sólo es plausible en el terreno espiritual, no en el material, no con esos gobernantes-comerciantes-demagogos. No con tanta socarronería de bellacos que pululan en el medio político-partidista, o que hasta “retoñan” y saltan de un Partido a otro, o en su defecto se presentan como “independientes”, para luego –de nuevo- hacerse “conversos” a un Partido. Es parte de un incipiente caos. No razonamos que somos los ciudadanos, su “pasto”, y claro, con cierto grado de culpa o responsabilidad en tales situaciones. Y eso, nos debe llevar a otra conclusión, que está a la vista: Los votos, no sólo sirven para “ganar” una candidatura. No, son también al final, dinero que se le llama eufemísticamente “prerrogativas”, fondo de una visión de negocios.
LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Vaya pues, estamos en el umbral del 2021, debemos reflexionar y enmendar los errores cometidos para no repetirlos en este año y en adelante, claro. ¿Votar o no votar? Es el dilema que ya está “a tiro de piedra”, con otra inquietud circunstancial: ¿Por quién votar? Falta sí, saber con certeza quienes serán los candidatos, por más que ya algunos lo den por hecho. Aunque, lo importante es definir quiénes somos los ciudadanos, si por fin vamos a participar con inteligencia, dado que cada voto es por quien lo hace y no precisamente por candidatos, pues el resultado político debe depender de los ciudadanos. Los políticos son meros mandatarios y hay que ceñirlos al interés social. En fin, cuídense, cuidémonos mucho. Estos momentos son muy críticos para nuestra salud. Así el mejor deseo: ¡Buena salud!
