/ martes 23 de noviembre de 2021

Aniversario del Inicio de la Revolución Mexicana

El ser humano, en tanto ente de voluntad y de razón, tiene la gran posibilidad de perfeccionarse, de pugnar por ser mejor, y de lograrlo, es decir, se encuentra en un permanente proceso evolutivo, el cual, si se realiza de manera abrupta, veloz y profunda, entonces, estamos en presencia de una revolución.

El sábado pasado, conmemoramos un aniversario más (el 111) del inicio de la Revolución Mexicana, evento identificado con la ejecución del Plan de San Luis, ideado por Francisco I. Madero, cuyo objetivo era claro: oponerse a la reelección de Porfirio Díaz y pugnar por la democracia; lo anterior, bajo la consigna de «Sufragio efectivo, no reelección». De ahí que a Madero se le identifique como un gran demócrata, al pretender la efectividad del voto popular.

Las condiciones de vida de la gente eran extremas, pues muy pocos tenían mucho y muchos tenían muy poco en su esfera patrimonial, integrada no solamente por bienes materiales, sino también por los inmateriales como los derechos subjetivos, toda vez que, si bien es cierto, México registraba crecimiento económico y estabilidad política, no menos cierto es que, la gente carecía de satisfactores que les permitieran tener una vida digna.

En consecuencia, fueron sumándose las causas obrera y campesina, surgiendo indiscutibles líderes sociales como Pancho Villa y Emiliano Zapata; el primero, con sus Dorados, líder de la División del Norte, ejército popular muy bien estructurado. Las mujeres (soldaderas o adelitas) fueron muy importantes en el movimiento.

En ese sentido, la revuelta armada constituyó uno de los movimientos sociales más importantes del mundo en los inicios del siglo pasado, el cual derivó en el reconocimiento constitucional de derechos sociales: el ejido, el trabajo digno y socialmente útil, la educación laica, gratuita y obligatoria, entre otros.

El sábado pasado vi la representación del evento conmemorativo en televisión pública.

Entiendo que ya se había realizado el año pasado, pero en aquel entonces no tuve oportunidad de verlo. Me pareció muy bueno por breve y conciso. Desde luego, atento a la naturaleza del ejercicio, es posible que se hayan omitido algunos eventos relevantes, pero la esencia, me pareció adecuada, ya que se trató de un evento eminentemente orientado a la conmemoración en estricto sentido, es decir, a recordar un acontecimiento fundamental en la vida política, social e individual en nuestro país, lo cual se hizo de manera sencilla, atractiva.

Se trató de un evento dirigido a ensalzar nuestra historia y nuestros valores nacionales, para, primero, tenerlos presentes y, después, sentirnos orgullosos de ellos.

Enseñar Historia, Civismo, Ética y Filosofía, desde la educación obligatoria hasta la superior, me parece fundamental, ya que constituyen la base conceptual para que una persona se sienta orgullosa de su calidad de ciudadana y, en consecuencia, ejerza los derechos correspondientes, lo cual hará de nuestro México un mejor país.

germanrodriguez32@hotmail.com

El ser humano, en tanto ente de voluntad y de razón, tiene la gran posibilidad de perfeccionarse, de pugnar por ser mejor, y de lograrlo, es decir, se encuentra en un permanente proceso evolutivo, el cual, si se realiza de manera abrupta, veloz y profunda, entonces, estamos en presencia de una revolución.

El sábado pasado, conmemoramos un aniversario más (el 111) del inicio de la Revolución Mexicana, evento identificado con la ejecución del Plan de San Luis, ideado por Francisco I. Madero, cuyo objetivo era claro: oponerse a la reelección de Porfirio Díaz y pugnar por la democracia; lo anterior, bajo la consigna de «Sufragio efectivo, no reelección». De ahí que a Madero se le identifique como un gran demócrata, al pretender la efectividad del voto popular.

Las condiciones de vida de la gente eran extremas, pues muy pocos tenían mucho y muchos tenían muy poco en su esfera patrimonial, integrada no solamente por bienes materiales, sino también por los inmateriales como los derechos subjetivos, toda vez que, si bien es cierto, México registraba crecimiento económico y estabilidad política, no menos cierto es que, la gente carecía de satisfactores que les permitieran tener una vida digna.

En consecuencia, fueron sumándose las causas obrera y campesina, surgiendo indiscutibles líderes sociales como Pancho Villa y Emiliano Zapata; el primero, con sus Dorados, líder de la División del Norte, ejército popular muy bien estructurado. Las mujeres (soldaderas o adelitas) fueron muy importantes en el movimiento.

En ese sentido, la revuelta armada constituyó uno de los movimientos sociales más importantes del mundo en los inicios del siglo pasado, el cual derivó en el reconocimiento constitucional de derechos sociales: el ejido, el trabajo digno y socialmente útil, la educación laica, gratuita y obligatoria, entre otros.

El sábado pasado vi la representación del evento conmemorativo en televisión pública.

Entiendo que ya se había realizado el año pasado, pero en aquel entonces no tuve oportunidad de verlo. Me pareció muy bueno por breve y conciso. Desde luego, atento a la naturaleza del ejercicio, es posible que se hayan omitido algunos eventos relevantes, pero la esencia, me pareció adecuada, ya que se trató de un evento eminentemente orientado a la conmemoración en estricto sentido, es decir, a recordar un acontecimiento fundamental en la vida política, social e individual en nuestro país, lo cual se hizo de manera sencilla, atractiva.

Se trató de un evento dirigido a ensalzar nuestra historia y nuestros valores nacionales, para, primero, tenerlos presentes y, después, sentirnos orgullosos de ellos.

Enseñar Historia, Civismo, Ética y Filosofía, desde la educación obligatoria hasta la superior, me parece fundamental, ya que constituyen la base conceptual para que una persona se sienta orgullosa de su calidad de ciudadana y, en consecuencia, ejerza los derechos correspondientes, lo cual hará de nuestro México un mejor país.

germanrodriguez32@hotmail.com