/ martes 16 de marzo de 2021

Don Benito y el Asueto

Don Benito Pablo Juárez García es el más claro ejemplo de superación personal, profesional y política de entre los héroes de la Patria. De origen humilde y con las limitaciones propias de tal condición, logró ascender en los estratos sociales, buscó alianzas, se dedicó al estudio y al conocimiento (miembro de una logia masónica) y logró ejercer el Poder público desde distintas posiciones, destacándose como presidente de la república; a él se le suele atribuir la separación del poder de la Iglesia del poder del Estado que, hasta entonces, parecía único e indivisible. Juárez, a juicio del actual titular del Poder ejecutivo federal mexicano, ha sido el mejor presidente de la república.

La remembranza previa, a propósito del día de asueto que, con motivo de su natalicio, hace 215 años, tuvimos ayer. Tal descanso, además, es obligatorio por ministerio de ley (artículo 74, fracción III, de la Ley Federal del Trabajo, que refiere al tercer lunes del mes de marzo en conmemoración del 21 de marzo. Este cuerpo normativo nos queda a deber, pues no indica cuál es el motivo, ya que bien podría ser el inicio de la primavera. Es necesario acudir al artículo 18, fracción I, numeral 10, de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, cuando la Bandera se iza a toda asta, con motivo del Aniversario del nacimiento de Benito Juárez, en 1806).

Estoy convencido de que deben reforzarse las clases de Historia de México, de ética y de civismo, en la educación obligatoria que refiere la Constitución, señaladamente primaria y secundaria, pues es inadmisible que algunos piensen que ayer descansamos (educando y trabajadores), en razón de que está próximo el equinoccio primaveral. Increíble, pero cierto, y más notorio en las nuevas generaciones.

Hace años, el Presidente López Obrador, a efecto de contribuir a ensalzar los valores de lo mejor de nuestra Historia y de que siguiera vigente en la memoria individual y colectiva el legado de nuestros héroes, propuso en su tribuna matutina, la supresión de los fines de semana largos porque, argumentaba, se desvirtuaba la esencia del asueto y, entonces, en la fecha exacta de la conmemoración de referencia, se desdibujaba y se mermaba. Ante la propuesta, el sector económico, particularmente el turístico, manifestó su desacuerdo. La propuesta no ha prosperado (¿aún?).

Estimo que pueden coincidir ambas posturas, es decir, fomentar valores éticos y cívicos, lo cual se logra -entre otras opciones- conociendo la Historia, pero también puede incentivarse el sector económico con la posibilidad de que se active con los fines de semana largos, como el que acaba de ocurrir.

Volviendo al Benemérito y a la luz del tiempo convulso que corre, marcado por la poca tolerancia ante puntos de vista opuestos, lo cual se evidencia con pate de los contenidos de las redes sociales o la violencia manifestada en más de alguna protesta social (con legítimas demandas, con métodos cuestionables), cobra particular relevancia la frase a él atribuida y que brilla con letras de oro en más de algún recinto público: «Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz». Recordemos que la pluralidad es un elemento esencial de la democracia y ésta, como forma de gobierno del Estado mexicano, tiene a la tolerancia como valor indispensable para ejercer aquella.

Tengamos en la memora a Benito Juárez, con o sin asueto, con o sin fin de semana largo, pues sus postulados siguen vigentes. Al pan, pan y al vino, vino. Demos a cada quien lo que le corresponde. Al césar lo que es del césar, a dios lo que es de dios.

germanrodriguez32@hotmail.com

Don Benito Pablo Juárez García es el más claro ejemplo de superación personal, profesional y política de entre los héroes de la Patria. De origen humilde y con las limitaciones propias de tal condición, logró ascender en los estratos sociales, buscó alianzas, se dedicó al estudio y al conocimiento (miembro de una logia masónica) y logró ejercer el Poder público desde distintas posiciones, destacándose como presidente de la república; a él se le suele atribuir la separación del poder de la Iglesia del poder del Estado que, hasta entonces, parecía único e indivisible. Juárez, a juicio del actual titular del Poder ejecutivo federal mexicano, ha sido el mejor presidente de la república.

La remembranza previa, a propósito del día de asueto que, con motivo de su natalicio, hace 215 años, tuvimos ayer. Tal descanso, además, es obligatorio por ministerio de ley (artículo 74, fracción III, de la Ley Federal del Trabajo, que refiere al tercer lunes del mes de marzo en conmemoración del 21 de marzo. Este cuerpo normativo nos queda a deber, pues no indica cuál es el motivo, ya que bien podría ser el inicio de la primavera. Es necesario acudir al artículo 18, fracción I, numeral 10, de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, cuando la Bandera se iza a toda asta, con motivo del Aniversario del nacimiento de Benito Juárez, en 1806).

Estoy convencido de que deben reforzarse las clases de Historia de México, de ética y de civismo, en la educación obligatoria que refiere la Constitución, señaladamente primaria y secundaria, pues es inadmisible que algunos piensen que ayer descansamos (educando y trabajadores), en razón de que está próximo el equinoccio primaveral. Increíble, pero cierto, y más notorio en las nuevas generaciones.

Hace años, el Presidente López Obrador, a efecto de contribuir a ensalzar los valores de lo mejor de nuestra Historia y de que siguiera vigente en la memoria individual y colectiva el legado de nuestros héroes, propuso en su tribuna matutina, la supresión de los fines de semana largos porque, argumentaba, se desvirtuaba la esencia del asueto y, entonces, en la fecha exacta de la conmemoración de referencia, se desdibujaba y se mermaba. Ante la propuesta, el sector económico, particularmente el turístico, manifestó su desacuerdo. La propuesta no ha prosperado (¿aún?).

Estimo que pueden coincidir ambas posturas, es decir, fomentar valores éticos y cívicos, lo cual se logra -entre otras opciones- conociendo la Historia, pero también puede incentivarse el sector económico con la posibilidad de que se active con los fines de semana largos, como el que acaba de ocurrir.

Volviendo al Benemérito y a la luz del tiempo convulso que corre, marcado por la poca tolerancia ante puntos de vista opuestos, lo cual se evidencia con pate de los contenidos de las redes sociales o la violencia manifestada en más de alguna protesta social (con legítimas demandas, con métodos cuestionables), cobra particular relevancia la frase a él atribuida y que brilla con letras de oro en más de algún recinto público: «Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz». Recordemos que la pluralidad es un elemento esencial de la democracia y ésta, como forma de gobierno del Estado mexicano, tiene a la tolerancia como valor indispensable para ejercer aquella.

Tengamos en la memora a Benito Juárez, con o sin asueto, con o sin fin de semana largo, pues sus postulados siguen vigentes. Al pan, pan y al vino, vino. Demos a cada quien lo que le corresponde. Al césar lo que es del césar, a dios lo que es de dios.

germanrodriguez32@hotmail.com